Extraña Morfología

Se la conocía como Mimi. Su pequeña y peluda cabeza observaba desde lo mas bajo, su cuatro patas repiqueteaban por la vereda, su visión se ajustaba al gigantesco mundo que se alzaba frente a ella. Sin embargo, esto no la abrumaba, le era familiar el caminar entre gigantes que discuten en idiomas desconocidos. Exceptuando algunas pocas palabras, como "vamos"; "hace pis"; "vení acá", el resto era un desconocido dialecto. Su barbuda trompa denotaba sus años de experiencia, una sabia de 77 años que aun persistía en acompañar a su familia, en los caminos de la ciudad conocida como Nomaria.

La temperatura esa noche no acompañaba mucho el paseo, 31 grados era demasiado calor para portar su peluda piel. Su lenguaje salía en búsqueda de un poco de frescura, quizás el vio junto al camino podría proveerla, pero su atadura le negaba la posibilidad de cruzar la calle. Efectivamente, la aprisionaba un cacharro muy útil. Si tiraba demasiado este la frenaba, si se que daba muy atrás este la obligaba a acelerar el paso. El cacharro estaba en la mano de la gigante considerada "alfa" la proveedora de alimentos de la casa, que le daba la posibilidad de estar bajo su techo sin ningún pago. El acuerdo parecía consistir en ser masajeada durante unos minutos y acompañar a la dueña durante las noches en la cama.

El caos de Lowell´s Bar comenzaba a oírse gigantes discutiendo, celebrando y gritando por las mesas; sorprendían a la criatura. Eran familiares pero a la vez extraños. Sin embargo la invitaban a interesarse por los olores que surgían: carne; papas fritas; cerveza; daiquirí y panes. 

Ese día, el lugar tenia un aura extraña era como que algo no estaba del todo bien. El aire se sentía mas denso y los colores parecían verse distintos. Al pasar por la entrada la anciana se estremeció. Como si un escalofrió recorriese lentamente su cuerpo, y una energía recorriera su piel. Sus peludas patas delanteras comenzaron a reformarse acomodando sus dedos al frente, y sus pelos se retrajeron formando pequeñas marcas en una piel oscura como el chocolate. Su trompa lentamente se retrajo hasta separar la nariz y la boca, formando unos desgastados labios y una cara llena de arrugas. Su marrón cabellera solo se conservaba en su cabeza y parecía crecer dejando algunas canas blancas en ella. Su estatura cambio al incorporarse; como pocas veces lo había hecho en 2 patas. Su larga y peluda cola fue lo único que conservaba de su antiguo cuerpo que ahora se alzaba con 1 metro como si de una pequeña niña se tratase.  

Sus gigantes parecían ignorar su transformación era como si ella siempre hubiera sido hubiera sido así. Ella intento marcar con ciertos gestos lo que estaba pasando, pero fue a oídos sordos. Los gigantes, ya no tan gigantes solo algo altos guiaron a la anciana hacia una mesa. Se sentaron entonces en frente de la anciana y miraron el menú como siempre. 

Oye - grito la anciana golpeando la mesa.

Silencio Mimi - respondió la "alfa" bajando levemente el menú para reprenderla. Por instinto la anciana cerro su boca y bajo la vista. Esta habilito a que la gigante se dedicara a pedir con tranquilidad y entendiera la mano para ordenar. 

Uno de los mozos se acerco en el tumulto y griterío de la clientela, con un pequeño anotador y una birome BIC azul. Este joven estaba ciertamente cansado.

Queremos una tabla de fritos y 2 cervezas - exclamo la "alfa" señalando en el menú.

Recuerde que las cervezas son tiradas ¿Cuál desea ordenar? - replico el mozo cortésmente anotando en su libreta y al finalizar apoyando su birome sobre el papel. 

Una Honey y una Stout - respondió el otro gigante con enorme barba. 

El mozo anoto velozmente sus notas, y tras poner un punto, se acerco a Mimi, colocando sus manos nuevamente en el papel. Observando expectante a su cliente que parecía indecisa, y la cual cubrió sus arrugas con un menú. Mirando con detenimiento los diferentes tragos y comidas, la anciana decidió probar lo que mas le llamaba la atención. 

Hamburguesa Lowell´s con un Whiscola - ordeno Mimi dándole el menú al mozo. 

El mozo asintió, tras anotar y se retiro rápidamente hacia el edificio. Mimi al poder estar erguida pudo anotar con mas detenimiento el lugar los gigantes parecían estar sentados con sus manos sobre la madera; gesto que la anciana imito. Mimi continuo observando a los gigantes, estos parecían mover sus manos mientras hablaban entre ellos, pero eran mas fáciles de encender e incluso la anciana percibió que lo que en ese momento no entendía, era por la distancia que había entre ella y los demás gigantes. Su cola comenzó a moverse de emoción; sin embargo sus gigantes seguían entretenidos hablando entre ellos, ignorando su existencia. La anciana decidió levantarse.

¿A donde vas? - exclamo la alfa prestando atención al movimiento de la anciana.

Al baño - replico Mimi acomodándose la espalda. La alfa asintió con la cabeza dándole permiso.  

La anciana observo como el enorme bar se alzaba frente a ella, un enorme cartel que dice "Lowell´s" en enormes letras blancas en mayúscula. Sobre este se alza un enorme cara de lobo dibujada en negro sobre un fondo blanco. Debajo del cartel hay un edificio con enormes ventanales que muestran el interior con mesas, en las cuales mas gigantes se encuentran sentados y hablando. Una cierta preocupación por ingresar surgió en la anciana.

¿Y si al pasar por esta puerta vuelvo a ser la de antes? - pensó la anciana rascándose la cabeza con cierta confusión e invadida por las dudas.

Tras unos momentos, titubeando en la puerta decidió seguir adelante con su cometido sin importar las consecuencias. Dio un par de pasos en dirección hacia la entrada y sintió una extraña sensación en el cuerpo como si este vibrase. Dentro estaba sonando una extraña maquina que tenia música a mucho volumen, lo cual le produjo escalofríos, pero mientras continuaba avanzando solo sintió que la música era lo que la afectaba solo de manera inconsciente por su miedo a los sonidos intensos. Entrando por la enorme puerta de vidrio, vio como una enorme barra de madera con un mantel de plástico se alzaba sobre la misma. Detrás de la barra el barman sacaba vasos y los iba llenando de cerveza tirada, pero el hombre se veía algo extraño y al darse vuelta se le noto preocupado.

¿Estas bien? - preguntó Mimi acercándose a la barra. 

Oh, si perdón. Perdí a mi madre hace poco - exclamo el barman cubriéndose la cara para limpiarse las lagrimas. 

Mimi se acerco a la barra y salto sobre uno de los bancos frente a esta estirando su mano y la colocándola sobre la del barman, el cual se sorprendió primero y luego comenzó a lagrimear nuevamente. La anciana solo se acerco sobre la barra y el barman acaricio su cabeza lentamente hasta relajarse. 

Ella estará siempre contigo - afirmo Mimi bajándose de la barra y continuando su camino hacia el baño. El barman asintió y observo como la anciana se dirigía lentamente hacia los baños. 

Al acercarse lentamente al baño, la anciana noto los detalles del mismo le era extraña la sensación de tener que ir a ese lugar. Sin embargo sentía que debía ir hacia ese lugar, como si siempre hubiese ido en un cubículo y un inodoro; en vez de ir en el pasto cercano. Entonces entro por la puerta y noto que el baño se encontraba bastante lleno de mujeres gigantes las cuales se miraban sobre el lavabo, en donde podían mirarse mientras se cubrían con ciertos polvos que provocaron que Mimi estornudará en su camino hacia un cubículo vacío. Al llegar al inodoro se coloco como pudo y tras unos momentos salió acomodándose su peluda cola que limpio con agua y jabón hasta que le quedo brillante. 

Tras esto se dirigió nuevamente hacia donde se encontraba el "alfa", sentándose nuevamente frente a sus gigantes Mimi observo como ambos se encontraban observando a los mozos que pasaban con las comidas. 

Hace un hambre, ¿No Mimi? - afirmo el gigante a lado de la "alfa".

Algo, pero asumo que en brevas traerán la comida - replico la anciana con un pequeño hilo de baba que le caía de su boca, mientras movía su cola frenéticamente. 

Unos momentos después, el mozo que los había atendido no tardo en traerles la comida y colocar los 2 platos la tabla frente a los gigantes y la hamburguesa frente a la anciana. Detrás del mismo apareció una moza que coloco las 2 cervezas frente a los gigantes y el Whiscola frente a Mimi. 

Que lo disfruten - afirmaron los mozos al unísono. 

Los gigantes comenzaron a deleitarse con el contenido de la tabla de fritos, la cual consistía de bastones de mozzarella, pedazos de pollo fritos, unos buñuelos de acelga, unas batatas fritas y unas papas fritas. Estas ultimas era algo que la tabla compartía con en el plato de la anciana, que tenia una enorme hamburguesa de la cual chorreaba cheddar y de la cual sobresalían unos pedazos de tocino. Mimi observo con detenimiento su plato babeando un poco.

Come tranquila, yo me encargo - exclamo la "alfa" observando como la anciana aun no había dado ni un mordisco a su comida. 

La anciana asintió y comió la comida, con gusto a los mordiscos rápidamente casi atragantándose. Sin embargo, tras unos momentos sintió algo extraño en su interior, una sensación confusa en su cuerpo que empezó a sentir en el estomago estremeciéndose nuevamente. Su cuerpo parecía cargarse de una extraña energía en su interior que le era relativamente desconocida. Unos segundos después, la anciana sentiría como la energía subía por su garganta y salía con un intenso sonido. El eructo llamo la atención de los gigantes frente a ella.

Provecho - exclamo la "alfa" entre risas.

Los tres rieron y la tranquilidad volvió a Mimi. Tras terminar de cenar, la "alfa" pago la cuenta y se retiraron del bar. Lentamente los perros, los gatos y varios animales comenzaron a mutar convirtiéndose en seres híbridos entre humanos y animales que comenzaron a convivir con la sociedad.  


R.A.MONSERRAT

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