La flor roja

Para Eduardo y Delfina 

Había una vez un jardín con muchísimas flores que lo hacían brillar. En este jardín, había una flor roja, pequeña y hermosa, que desprendía un gran brillo carmesí. La flor roja era amada por las otras flores, ya que siempre las ayudaba a brillar más.

Un día, llegó un jardinero con una pala oxidada sobre el hombro. Comenzó a cavar alrededor de la flor roja hasta desenterrarla. Las otras flores vieron desesperadas cómo el jardinero se la llevaba fuera del jardín.

El tiempo pasó sin noticias de la flor roja. Las otras flores ya no reían ni hablaban. El jardín había perdido ese brillo que tenía antes, se tornó triste y vacío.

Pero un día, algo extraño sucedió. Un pequeño brillo rojizo apareció en la ventana. Algo estaba enviando esa energía hacia el jardín. De pronto las flores vieron, a través del brillo, a la querida flor roja. Estaba en un jarrón, sobre la ventana, mirando hacia ellas.

Las flores se alegraron, porque su compañera ahora brillaba desde lo alto, iluminando con su luz el jardín.

R.A.MONSERRAT

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