Malos hábitos

En Nomaria no es extraño oír historias que parecen sacadas de película. Es parte de la esencia del pueblo casi como si los narradores habitasen en cada esquina, y actuasen como periodistas exhibiendo diferentes primicias. Pero nunca ha acontecido nada paranormal o fuera de lo común, es decir toda historia tiene una correlación con una realidad y siempre suele estar ligado a eventos explicables. Circulando por el pueblo como una rueda de anécdotas que todo el mundo conoce, todas excepto una...

La llegada del "Latino" a la ciudad siempre ha sido un misterio, está aquí de tiempos inmemoriales. Nadie sabe cuándo se mudó al pueblo, es como si un día hubiese aparecido aquí de la nada. Su antigua mansión es un lugar desconocido, se podría olvidar por momentos que alguien la habita, pero su constante salida hasta el buzón deja claro de que allí está el hombre.

Poco se sabe de su apariencia, es un hombre alto y que sale cubierto con una capa, como si de un manto de invisibilidad se tratase. Lo único visible debajo de ese manto es una larga barba, que permite a muchos especular sobre su avanzada edad. Sin embargo, el resto es puros mitos. 

Algunos afirman oírle aullar a la luna, golpeando las paredes de su enorme y maldita mansión. Otros creen que simplemente es un viejo cascarrabias que fue abandonado por su familia, que simplemente esperan su muerte para aparecerse y luchar por la herencia. Vampirismo, canibalismo, ocultismo, depresión, amnesia o una simple incapacidad de comunicarse; han sido las teorías más recientes. 

Una cosa esta clara, es la premisa más jugosa del pueblo y claramente una gran periodista como yo, no puede permitirse no investigarla. Es por eso hoy me encuentro frente a la misteriosa Mansión Forger, tocando el timbre a la espera de ser recibido por el "Latino"

¿Quién anda ahí? - responde una voz desde el interior de la mansión. Unos momentos después, la puerta se abrirá levemente dejando entrever un ojo que espía detrás de esta - No quiero comprar nada, ni escuchar la palabra del señor.

Disculpe la intromisión, pero deseo entrevistarlo para un proyecto escolar - afirmo mostrando mi libreta y lapicera. - Me llamo Analía Curibel, y deseo conocer las circunstancias que lo llevaron a estar en este pueblo, señor Forger.

La puerta se cierra rápidamente, dejándome confundida. Decido comenzar a volver para casa, pero soy detenida por una mano que me agarra el hombro.

Entra - susurro el encapuchado señor Forger, que al verme dudando añade - Rápido, no vayamos a ser vistos por "ELLOS"

A pesar de la apariencia del exterior, el interior esta reluciente. Pisos brillantes y cuidadas antigüedades se exhiben en el enorme recibidor, en el cual una enorme escalera de abeto brinda el acceso al segundo piso. Un dorado candelabro decora la habitación, y permite iluminar enormes pinturas del siglo XVII. 

Deja tu abrigo y acomódate en el salón a tu derecha, preparare algo de té - informa el encapuchado antes de irse hacia otra habitación inferior.

Cuelgo mi abrigo en un perchero de oro y me siento en uno de los antiguos sillones del imponente salón. Su estética del periodo barroco me tiene impresionada, sobre todo lo cuidado que se encuentra el lugar. Una chimenea señorial se alza junto a los sillones, dando calor y vida a la habitación. Poco después observo al encapuchado, entrar en la habitación con un antiguo juego de té británico y unos croissants recién horneados. 

Espero, que te gusten. No estoy habituado a las visitas - se excusó Forger sentándose en el sofá frente a mí y dejando la bandeja en la mesa ratona - Así que quieres saber cómo llegue al pueblo.

Si, esperaba conseguir algo interesante para presentar como trabajo practico. Aunque si le soy enteramente sincera, también tiene que ver con mi propia curiosidad - respondo mientras agarro uno de los croissants y le doy un mordisco.

Es simple en realidad... se trata de un pavor por mi país de origen. España - explico Forger sirviéndose una taza de té. - O mejor dicho las criaturas que habitan ciertas partes.

¿Criaturas? - pregunte incrédula ante la afirmación de Forger.

El hombre se quitó la capucha, dejando ver su cara al completo. No era un hombre tan mayor como imaginaba, estaría en sus sesenta aproximadamente. Se le notaba falto de cuidado propio, como si no se bañase seguido ni se cuidase en lo absoluto. Pero habia tristeza en sus ojos, que se reflejaría en la historia que contaría:

"Los humanos somos criaturas de habito, eso tenlo por seguro. Un hombre acostumbrado a una cosa, la repetirá hasta el cansancio, como si de un fiel perro se tratase. Sin embargo, para habituarse a ello requiere de la repetición de ese evento. Y con los años, los eventos repetitivos se vuelven más frecuentes. 

Descubrí esto cuando tenía aproximadamente diez años, el éxito era algo esperado por la familia Forger. Un padre adinerado, esperaba que su joven heredero cuidase la fortuna familiar, pero ese no era el caso del segundo hijo. Sin embargo, a ninguno de los Forger se le dejaba atrás o excluido. Alguien como yo debía amasarse su propia fortuna sin depender, más que de la educación elitista que se me brindase, por esta razón, el "INSTITUTO WALDORF" les pareció el lugar más adecuado para enviar a un niño como yo. 

El problema invisible ante mis padres, era que la educación y dedicación del profesorado era mediocre. Asignando tareas y actividades para realizar, posteriormente ignorando nuestra existencia durante el resto del día. Dejando expuestos a los humanos expuestos a los seres oscuros que deambulaban por el instituto. Surgían de la negligencia e incompetencia de los profesores, que permitían que estos monstruos nos usasen a su antojo, dañando nuestra percepción de la realidad y adoctrinándonos a gusto.

Ellos me convirtieron, me sacaron mi capacidad de ver un mundo justo. El encierro y asfixia que su presencia produjo en mí, creció y me habituó a sentirme como un animal. Cuyo premio era no ser golpeado al obedecer y encerrarme en la oscuridad. A pesar de que termine mi tiempo en el instituto, me gradué y logre amasar la fortuna; los demonios y criaturas poseídas siguieron atormentándome durante años. Persiguiéndome, diariamente a la búsqueda de darme órdenes y quitarme todo ápice de felicidad posible."

Forger termino su historia temblando, pero tras darle un sorbo al té se relajó. Respiro profundamente y dejo la taza sobre la mesa. Yo también termine mi taza de té, y la coloque nuevamente sobre la bandeja plateada que habia utilizado Forger.

Los monstruos habitan en cada rincón y aún no he reunido el valor de enfrentarlos - afirmo el anciano llevándose - Pero pronto me veré obligado a hacerlo.

Poco después de tomar nota de lo acontecido, agradecí la hospitalidad de Forger y me retiré. En los días posteriores, Forger saldría muy a menudo de la mansión y volvería con variadas bolsas de compras. Al pasar y verlo en su jardín regando el pasto lo saludaría, y él me saludaría con una sonrisa. 

Sería entonces extraño para mi encontrarme ahora frente su mansión, tras el gran incendio. Llamaradas habían cubierto todo el recinto según lo relatado por las noticias locales. Una gran cantidad de vehículos estacionados indicaban que Forger habia sido visitado, antes de los acontecimientos del incidente. 

Sin embargo, algo no me cuadraba. Los cadáveres apuntaban a que una explosión mato a todo el que estaba dentro de la mansión, pero ninguna información concretaba la muerte de Forger. Y la taza de té, que recibí el día posterior a la explosión, me dejaba un amargo sabor en la boca.

R.A.MONSERRAT

Comentarios

  1. ¡¡¡Muy bueno!!! buen suspenso, buena lógica en la historia superficial y la profunda, bueno el emerger de una en la otra. Opino que tienes un muy buen lenguaje, y sin ser profe, muy buen manejo de la gramática.

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